Historia de la fotografía Street Photography

Maestros de la Street Photography en París: Doisneau, Brassaï y Ronis

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Sí, son los grandes fotógrafos de París, maestros de la fotografía de calle o Street Photography, pero tal vez no estén de moda. Aquellos fotógrafos franceses que a muchos consiguieron enamorarnos de la fotografía cuando dábamos nuestros primeros pasos, han pasado, seguramente que no de forma definitiva, al ostracismo de los círculos artísticos más elevados. Brassaï, Robert Doisneau y Willy Ronis, representantes máximos de una fotografía humanista y costumbrista, que buscaban cámara en mano escenas perfectas, puras, donde el gozo o el encanto de la vida de la gran urbe parisina no se viera enturbiado por nada transgresor ni grotesco. Escenas pintorescas, curiosas, donde cualquier contexto político o social era relegado en beneficio de unas fotografías estéticamente atractivas, pero para muchos demasiado conservadoras y huecas. Nadie les reconoce como influencia, pasan de puntillas por las grandes ferias de arte, y su mayor gloria la encuentran en las tiendas de souvenirs de la capital francesa en forma de postales y carteles.

La fotografía de El Beso y mucho más

Pero, ¿sería justo que no recordáramos a Robert Doisneau (1912-1994). El autor del célebre, manido y escenificado beso, pero también de imágenes, poco conocidas, que nos acercan a un mundo más oscuro del París de la época, donde habitaban obreros, prostitutas o borrachos. Creo que no es justo. Precisamente en los últimos años se ha intentando recuperar a ese Doisneau más desconocido y oculto. Y aunque inevitablemente su planteamiento formal y nuclear ande alejado de las tendencias más actuales, su obra forma parte de la iconografía fotográfica más imperecedera, por mucho que les pese a los más ejemplarizantes críticos del sector. ¿Resistirán las imágenes que dominan hoy el mercado los más de 50 años que tienen ya esas grandes piezas de Doisneau?. Pues, posiblemente, no, aunque nos cueste reconocerlo.

Fotografía de Robert Doisneau
© Robert Doisneau, ‘Les Enfants de la Place Hebert’, 1957

Brassai, el genio de la noche

Igualmente, aunque sus fotografías siempre han encontrado muchas lecturas, Brassaï (1899-1984) ha sido catalogado también dentro de ese grupo de fotógrafos más interesado en captar el Paris anecdótico y popular. Pero repasando su prolífica carrera, nos damos cuenta de la complejidad y amplitud de la misma, ya que, junto a sus famosas imágenes nocturnas, que tanto apreciaron los surrealistas, encontramos las numerosísimas fotografías de graffitis que realizó a lo largo de su carrera, por los que sentía una especial atracción, los poco conocidos retratos que realizó de grandes artistas de la época, como Alberto Giacometti, Samuel Beckett o Henry Miller, y sus acercamientos a otras artes, como la escultura, el dibujo y el cine. Este fotógrafo de origen rumano es uno de esos artistas capaces de abarcar campos muy distintos y poner un sello de calidad a todo lo que plasman.

Fotografía de Brassaï
© Brassaï

Otro fotógrafo de Paris: Willy Ronis

El último de esta terna de “fotógrafos parisinos” es Willy Ronis (1910-2009). Perteneció a la agencia Rapho, al igual que Brassai y Doisneau, y fue el primer fotógrafo francés que trabajó para la revista Life. Después de la Segunda Guerra Mundial, comenzó a fijar su objetivo en lo más cotidiano de la vida de una ciudad, buscando imágenes emocionales, bellas, tiernas, simpáticas, de una ciudad que empezaba a renacer después de los duros años de conflicto bélico. Tan apegado estaba a este tipo de fotografía humanista, que cuando los gustos cambiaron y las publicaciones y agencias empezaron a interesarse por una fotografía más impactante y personal, Ronis prefirió centrar su carrera en la fotografía comercial y corporativa, y de desnudo, y en la labor docente.

Fotografía de Willy Ronis
© Willy Ronis, 1952

De una extensa trayectoria, ya que estuvo realizando fotografías hasta los 90 años, revisando ese legado de imágenes que le hicieron famoso, podemos ver sin duda una calidad indudable, fundamentada en la sinceridad, el lirismo y el ritmo. Incluso, las fotografías de desnudo que le hizo a su mujer en la región de la Provenza, y los retratos de trabajadores y del movimiento obrero rezuman un aire eterno y testimonial.

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