Guardo especial recuerdo de este reportaje que realicé para la revista Tiempo, de la Biblioteca Nacional. Tanto por el cuidado con que fue editado y publicado, dedicándole ocho páginas, como por la oportunidad de adentrarte en las entrañas de este espacio tan bello y tan inaccesible en muchos de sus espacios. Aquí lo muestro tal y como fue publicado.

Siempre te gustaría tener más tiempo, y poder pasar horas y horas disfrutando con la cámara fotográfica de un lugar así, pero aquella mañana fue de lo más provechosa, captando imágenes de las diferentes salas y de los trabajos de restauración de libros. Un trabajo que incluía labor de fotógrafo de interiores o interiorismo y también imágenes de detalles y reporterismo.

Trabajo mayoritariamente realizado con trípode, equilibrando bien para conseguir imágenes sin distorsiones, y midiendo la luz y el color para afinar todo lo posible el resultado. Ya sabemos que el formato raw te permite un “margen de error” amplio, pero todo lo que puedas conseguir en la cámara, es trabajo que te vas a ahorrar en la fase de edición.

Y, obviamente, hay fallos que no se pueden corregir con posterioridad. Si no equilibras bien la fotografía y tienes que corregir la distorsión en edición, puede pasarte que no tengas margen en la imagen para enderezar las líneas. Tendrás que recortar mucho, y puede que la fotografía pierda el sentido y la composición.

También fui testigo de la laboriosa digitalización que están realizando de todos los fondos de la institución, con un completo estudio fotográfico de primer orden.